El aspecto que más se debe cuidar en la fase preoperatoria y durante la cirugía independientemente de la técnica quirúrgica es el conocimiento preciso de la enfermedad, el conocimiento preciso de la diseminación de la enfermedad, es decir, hacia donde se ha extendido, y en tercer lugar, la afectación local de la enfermedad.
El páncreas se encuentra situado en una zona anatómica que es una auténtica encrucijada de vasos, arterias y venas que hacen que la cirugía sea muy compleja. Pero el problema no es solamente cómo los tumores afectan a las estructuras vecinas, también pasa que estos tumores cuando crecen en su habitual proceso expansivo hacen que infiltren vasos. Esto se debe conocer antes de la intervención porque conocerlo durante la intervención puede suponer no hacer nada al paciente. Por tanto, es imprescindible, que el cirujano conozca exactamente la localización del tumor y conexión con los vasos. El páncreas es un órgano que produce insulina y glucagón y se encuentra delante de la columna vertebral en lo que se llama la transcavidad de los epiplones que son esas zonas que ayudan al aparato digestivo a mantenerse en su sitio.
Debido a que la insulina y el glucagón son sustancias que van a todo el órgano, el páncreas está muy vascularizado y por eso las metástasis son tan graves. La incorporación de modelos 3D al acto quirúrgico supone una novedad tecnológica de primer orden y que da más seguridad tanto el cirujano como al paciente. Gracias a estos modelos los cirujanos tienen total información sobre lo que se puede planificar.