Un grupo de investigadores han comenzado a explorar la forma de crear comida personalizada y adaptada a las necesidades nutricionales que se requieran utilizando tecnología 3D. La impresión 3D permite deconstruir los alimentos, modificar su contenido nutricional, reconstruirlos nuevamente mediante impresión y presentarlos en la forma que se desee.
La población mundial está envejeciendo rápidamente y existe una necesidad urgente de analizar las necesidades de alimentos y nutrición para este sector de la sociedad, se espera que la proporción de personas de más de 65 años haya aumentado del 25 al 40% en 2030.
La disfagia afecta a más de un tercio de ancianos y deteriora su capacidad de consumir alimentos normales, motivo por el que las personas mayores a menudo rechazan las comidas, comen porciones muy pequeñas y prefieren alimentos fáciles de comer, en detrimento de aquellos que les proporcionan los nutrientes que necesitan en las cantidades adecuadas. La textura se adapta para ser más fácil de tragar y también permite calibrar la cantidad de azúcar, sal y grasas, ya que la preparación de la comida sigue siendo de la forma tradicional. La idea es que platos como la carne de cerdo con patatas, se puedan llegar a imprimir a gran escala directamente en un plato con las impresoras 3D ubicadas en las cocinas de las residencias de ancianos.
La nutrición personalizada con impresión 3D parece presentar otras ventajas. Su aplicación clave es la nutrición personalizada para hospitales y centros asistenciales porque se pueden adaptar según el historial médico, necesidades nutricionales o dietética, con la forma deseada. Como los alimentos deben convertirse en una pasta para la impresión 3D, se podría reducir el desperdicio general de alimentos en la preparación a gran escala.
Foto: Carne con gnocci impresa en 3D. BIOZOON